Algunos escenarios que se preparaban para la actuación del grupo o conjunto músico-vocal en determinadas ferias eran maravillosos. Véase el ejemplo de 4 o 5 músicos subidos y apiñados con sus correspondientes instrumentos, sobre el remolque de un tractor, -que no se sabía como habían podido escalar hasta la plataforma, ya que la empresa no preparaba una escalera para tamaña altura, ni un escenario en condiciones- interpretando el tema de moda, más, si había llovido y existía peligro de electrocución. En otras ferias, de más abolengo, sí disponía la empresa correspondiente, de un escenario adecuado y de medidas de seguridad.
También, en los primeros tiempos, en los que no se disponía de soportes para montar las cajas acústicas, o columnas, se solía subirlas a los árboles que se encontraban mas cercanos al escenario -si es que había árboles- y amarrarlas con una buena cuerda a los mismos. Todo un arte.
A modo de ejemplo, la cantidad que percibía un grupo musical compuesto por cuatro músicos en una actuación en Montefrío, partiendo desde Granada, -con nieve incluida en el trayecto, y casi con la imposibilidad de llegar al destino, por la gran nevada caída-, era, en el año 1971 de cuatro mil quinientas pesetas, que se distribuían del siguiente modo: 700 pts. para el conductor de la furgoneta, 450 pts. o el 10%, para el representante, y resto de 3.350 pts. para reparto entre los cuatro componentes del grupo. En otro bolo efectuado, pongamos por ejemplo, en Guadix, ejemplo real por cierto, al igual que el anterior, se podía percibir un total de 7.000 pts. para todo el grupo. Éstos eran los precios en los que el mercado musical oscilaba en dicho año. En el local Zurita en Maracena, se podía cobrar, de tres mil a cinco mil pesetas por grupo y en Adra (Almería) unas 5.550 pts. por gala.